lunes, 6 de abril de 2009

FEMINISMOS, MÉXICO 2009


Imagen: gentileza de Colectivo Emma Goldmann

Feminismos, México 2009
MITOS Y REFLEXIONES

x Victoria Aldunate

En los reportes del XI Encuentro Feminista –institucional-, sólo algunas feministas autónomas tienen nombre, otras son mencionadas como “indígenas bolivianas”. Pero el racismo y el colonialismo no andan solos, se acompañan de xenofobia y clasismo. Estos reportes también subrayan, que “una académica de origen italiano, informa” a las latinas y caribeñas, en el Encuentro Autónomo (1)
Entre otras cosas, la corriente autónoma, con más de una década de procesos políticos diversos (pensamientos, activismos, propuestas) es mostrada como “autodenominada autónoma”, “dicotómica”, discriminadora de los hombres, rebelde sin causa, envidiosa y mediotonta…


Los lenguajes acomodaticios también hacen nata. Ahora, antónimo de autonomía llegó a ser “pluralismo”(2).

Y este lenguaje construye realidad, pretendiendo borrar responsabilidades en elecciones estratégicas que, claro está, tienen consecuencias para el movimiento feminista como para muchas mujeres feministas y no feministas -para todas las mujeres empobrecidas por el neoliberalismo-.

Pero, ojo, muchas y muchos, ya hemos aprendido, en diversas luchas sociales, que tu estrategia es tu política, y que demasiadas veces, los medios terminan desplazando a las utopías para transformarse en fines pragmáticos, puramente reformistas, reforzadores de lo mismo que pretendes destruir.

DE TODO EN LA VIÑA DE LO REACCIONARIO Y PATRIARCAL
Los mitos son fantasías creadas para explicarse la realidad. Pero, en general, no son ingenuos o neutros, si no que ideologizan. A veces, sobreideologizan. Estos últimos, he notado, son cuidadosamente construidos – y aunque muy básicos, es decir, simplistas- apuntan a una “política fácil”, por así llamarla, en desmedro de las ideas que se quiere desautorizar.

Por ejemplo, aquel mito sobre comunistas comewawas que iban a expropiarte hasta un pedazo de jardín, si tu casa era más grande que la de la vecina... sigue siendo efectivo -en Bolivia, la derecha lo usa como pan caliente- igual que en el tiempo de Allende en Chile. Muchos y muchas, lo creen.

Otro ejemplo: a las mujeres que viven violencia, les gusta que les peguen. Se lo he oído hasta a psicoanalistas que posan de “jóvenes brillantes”. Y este, tendré que explicarlo porque si al anterior, las comunidades de las izquierdas le salen al paso con argumentos, este otro, la masa de compañeros y compañeras, se lo traga, sin masticar…

Explicación desde mi lugar social: A nadie le gusta que le peguen como a nadie le gusta estar cesante. Otra cosa es no haber desarrollado las habilidades para salir del círculo negligente y estar viviendo en sociedades que aplastan a las mujeres y a la gente empobrecida.

Vamos a otro, ¿qué tal ese de los pobres son pobres porque son flojos?… -ese no lo explico porque saben cómo responderlo-…

¡Pero este sí que es popular en las derechas e izquierdas!: el feminismo es lo contrario del machismo…

A-b-c (explicación básica para principiantes y no tanto…): paso 1: feminismo y machismo no son equivalentes. Paso 2: machismo = conducta de macho/ feminismo= movimiento político, social, propuesta ética, activismo de mujeres. Paso 3: machismo viene de macho, feminismo no viene de hembra...

Bueno, ahora surgen otros mitos sobre feministas, pero desde dentro del feminismo y con el crédito del XI Encuentro. Algunos, los más simplones provienen de escribidores que parecen no distinguir movimiento social de farándula, y dan un maquillaje morboso a declaraciones que quitan de contexto(3)… Otros, están sacramentados por feministas.

DICOTÓMICAS Y ESCASAMENTE REFLEXIVAS (¿ALGO TONTAS?)
Mito 1: consolidado. Andaba rondando desde el 96, pero ahora se coronó Rey:

Las feministas autónomas son unas dicotómicas que no distinguen matices y no entienden que todas nos necesitamos y que el feminismo es la gran madre, siempre de brazos abiertos –capaz que hasta de piernas abiertas- para contenerlo todo, de todo, a todas y a todos.

Subtexto (texto no dicho, texto detrás del texto): “Las feministas autónomas son unas tipas muy básicas, no ven matices, son ciegas, no aceptan a los Estados –persecutores-, no ven lo bueno en las leyes VIF (de la llamada Violencia “Intrafamiliar”), envidian los puestos de poder de las tecnócratas de Género, y no entienden que el enfoque de género era justo lo que necesitábamos que el Banco Mundial, los ejércitos y las democracias burguesas, incluyeran”…

¿Será que hasta la Condolezza, la Kirschner, la Bachelet –ya que son mujeres- caben en el feminismo? ¿Será que hay que incluir enfoque de género en Guantánamo?

Mito 2: misógino. Nuevo en el feminismo, viejo en el patriarcado. Adoptado por feministas ahora, y aceptado por algunas personas trans. Consolidándose.

Las feministas autónomas odian a los hombres, discriminan, insultan, humillan y ofenden a las trans por haber nacido con cuerpos de hombre…

Subtexto: “Las feministas autónomas son unas fachas, envidian el pene y no entienden que no hay diferencias políticas entre definirse femeninas y definirse feministas. No quieren incluir, luego de más de medio siglo de feminismo radical -hecho a pulso-, a una lucha, con algunas afirmaciones o autoafirmaciones del Ser Mujer”…

¿Será que para demostrar “pluralismo”, el feminismo debe dejar a un lado la pretensión de desconstruir el Género y asumir un “femenino” renovado y consensuado?

¿Y es que las feministas, somos tan tontas –como dice Julieta Paredes- que no hemos podido definir en décadas qué es Ser Mujer, mientras que las compañeras trans, lo descubrieron al instante en sus propuestas políticas?

¿POR QUÉ LOS ENCUENTROS FEMINISTAS SON SÓLO DE FEMINISTAS?
El fomento del odio contra las autónomas, se ha asentando, cómodamente, en esa furia que les surge a los compañeros cuando las feministas creamos espacios y procesos feministas sólo de mujeres feministas. Aunque he notado que no es lo mismo si se trata de una juntada de vecinas a tomar el té. Ahí, a los compañeros –con un clasismo inusitado- no les importa estar, parecen no darle valor alguno a esa ceremonia femenina, es más, escapan de ella. Pero si se trata de construcciones sociales –que pueden amenazar el poder patriarcal del que ellos gozan y al que no renuncian-… ahí les comienza a habitar una furia que parece surgir de su costumbre cultural- y por ende política-, a ocupar todos los espacios, especialmente los públicos.

Como en el autobús, cuando ellos abren las piernas, las estiran, las acomodan dejándote escaso espacio para las tuyas… sólo porque son hombres. Y tú, sólo porque eres mujer, te ves obligada a juntarlas para darle espacio a “El”.

Nunca me he atrevido a dibujar una línea divisoria para que mi compañero de asiento note que está invadiéndome… y es que le parecería inaudito. Eso mismo les pasa a muchos varones anarquistas y de las izquierdas, cuando les planteamos que nuestros encuentros u organizaciones, son de mujeres solamente…

A grosso modo, desde esta otra mirada, muchas pensamos que es parte de la propuesta política que las organizaciones de pueblos originarios sean de compañeras y compañeros de pueblos originarios, y que los grupos anarquistas sean sólo de anarquistas. Que a los congresos comunistas, vayan sólo comunistas, y que los encuentros de feministas sean sólo de feministas. Y de mujeres feministas. Porque la política feminista se hace desde los cuerpos de las mujeres, cuerpos con una historia de opresiones de género y con procesos de resistencias y rebeliones de mujeres que han ido construyéndose y eligiendo ser feministas.

Esto no niega que si las bases, lo hubiésemos definido –colectivas, feministas sueltas, lesbianas feministas, artistas feministas, otras organizaciones feministas, No institucionales- tal vez, muchas habríamos estado de acuerdo con un intercambio de coordinaciones, encuentros u otra fórmula que nos acomodara a todas y a todos. Intercambio con organizaciones de compañeras trans, de hombres que piensen que son feministas, y otras.

Digo, si lo definimos las bases, no las políticas institucionales, y subrayo que en nuestra lógica política, no burguesa, no se “vota” a mano a mano alzada -como en una reunión de padres y apoderados-, si no en discusiones y reflexiones.
Y es que, el movimiento feminista también es político, tal cual los demás, aunque el patriarcado quiera enseñar que es un espacio liviano, trivial o de autoayuda. Con todo el respeto que tengo por los grupos de autoayuda, el feminismo no es eso, aunque cumpla millones de veces esa función en la vida de cada una.

Así estamos. Cuando afirmas políticamente -como lo hacemos nosotras- que lo personal es político, las interpretaciones faranduleras, patriarcales y simplistas a este postulado, pueden ser millones. Desde que te exijan ser la gran madre de todo el mundo, que imaginen que serás una monja sin sexo, hasta que esperen de ti que vayas todo el tiempo como una bataclana seduciendo a quien se te ponga por delante, sólo para demostrar “lo feminista que eres”. Eso ya lo sabíamos, lo hemos vivido desde que cada una se hizo feminista. Lo relativamente nuevo es la explicitación de una interpretación tan reduccionista y patriarcal, desde el interior del propio feminismo.

1. Latinoamérica: Dos feminismos y dos reuniones en México. Sara Lovera, y también Crónicas del XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. SEMlac. Democracia, hombres y fiesta. Sara Lovera.
2. Así mismo se autodenominó una funcionaria del SERNAM, Servicio Nacional de la Mujer, en $hile, cuando enfrentaba el cuestionamiento de mujeres desconformes con sus políticas llamadas de “VIF” (Violencia Intrafamiliar), dijo que ella y todo el SERNAM, eran “feministas plurales”.
3. “Feminismo-América Latina: Entre acuerdos y desacuerdos”, por Diego Cevallos, México, 20 marzo (IPS).

viernes, 3 de abril de 2009

ENCUENTROS FEMINISTAS, DIVERSAS FORMAS DE ENTENDER Y HACER LA POLITICA



Encuentros feministas: diversas formas de entender y hacer política

Ante un feminismo hegemónico, que se presenta como oficial, que pretende representar y hablar a nombre de todas, la disidencia es... deseo de vivir en y por las utopías.

X Norma Mogrovejo Aquise

En los últimos días se han realizado en la ciudad de México diversas reuniones, encuentros, debates, foros y marchas que expresan las diferentes corrientes de pensamiento feminista Latinoamericano y Caribeño. El XI Encuentro Feminista cuya sede fue elegida en el anterior Encuentro, en Brasil, fue el centro de diversos cuestionamientos y que llevó a muchas feministas a generar espacios diferenciados de reflexión.
El 28 de febrero se llevó a cabo una primera reunión, convocada por feministas de la vieja guardia mexicana quienes a decir de algunas de las asistentes, no se sintieron convocadas en la organización del XI Encuentro, ni en el eje de discusión: “Los fundamentalismos” . Pese a los disensos, la convocatoria al diálogo constituyó una acción positiva que reunió alrededor de doscientas mexicanas. El tema central giró en torno a los avances y retos del movimiento feminista mexicano en la consecución de derechos y el ejercicio de políticas públicas. Milenio Feminista organizó una mesa cuyo centro del debate fue el cuestionamiento al tema de los fundamentalismos como un tema central que convoque al Movimiento Feminista Latinoamericano.
Del 12 al 15 de marzo en el local de la CNTE, cerca de doscientas Feministas Autónomas de diversos países de América Latina se reunieron con un presupuesto básico que cubrió la alimentación de los cuatro días y parte de los pasajes de varias de las convocadas. Desde el cuestionamiento a la institucionalización del feminismo latinoamericano y caribeño, plantearon un encuentro autogestivo, crítico a la tecnocracia feminista y los manejos presupuestales, las asistentes se apropiaron del lugar y en comisiones organizaron la limpieza, la distribución de los espacios y las comidas. En coherencia, no hubo hoteles contratados, sino una red de alojamientos solidarios.
Desde distintos lugares se revisaron los orígenes de la corriente de la autonomía, El Salvador 1994, Chile 1996, "Las próximas", "Las Dignas", "Las Cómplices", "Comunidad Mujeres Creando", "Memoria Feminista", "Las Chinchetas", compartieron las reflexiones desde sus prácticas: crítica a la oenegización del movimiento feminista, la transformació n de las agendas debido a intereses de las agencias de financiamiento, el proceso a Beijín y la instalación de la tecnocracia de género, los intereses económicos antes que los cambios societales, la descentración del sujeto mujer y la instalación de la categoría de género que despolitiza la lucha de las mujeres, la participación en la generación de la corriente autónoma, las coincidencias, los disensos.
Ante un feminismo hegemónico, que se presenta como oficial, que pretende representar y hablar a nombre de todas, la disidencia es vivida con dificultad y soledad. Sin embargo, juntarse desde lugares remotos y replantear las resignificaciones y resistencias en una sociedad donde el neoliberalismo pareciera no dejar lugar a experiencias más allá de los mandatos de los intereses macroeconómicos, las autónomas viven en comunas, ejercen economías solidarias, desde Bolivia; Mujeres Creando hilan fino con su propuesta de un feminismo comunitario, Seminarios de reflexión en distintos países generando discusión y corrientes críticas, publicaciones periódicas, editoriales, grupos de acción, la generación de un cuerpo colectivo que se desnuda, se apropia de espacios, protesta, reclama, expresa, se reinventa, un cuerpo y un pensamiento anticolonialista. Difícil tarea, pero cuatro días dieron para tomar fuerza, energetizar el deseo de vivir en y por las utopías.
Y el Encuentro Autónomo irrumpió el Institucional. La inauguración, después que Mujeres Creando hiciera el ritual de pago a la pachamama, un grupo de autónomas subieron al estrado con el dorso desnudo, una letra pintada en el cuerpo que en conjunto gritaba “¡AUTONOMIA!” y un pañuelo en la boca simbolizando que la institucionalidad ha arrebatado la libertad de expresión con un discurso oficial y ésta sólo es posible desde la disidencia. Y desde ese lugar, se leyó el posicionamiento del Encuentro Feminista Autónomo, un cuestionamiento a la organización del XI Encuentro feminista con más de 650 mil dólares como presupuesto, un insulto a la pobreza del país; los exorbitantes salarios de las organizadoras del encuentro, la falta de transparencia en la información y uso de los recursos, la contratación de hoteles, empresas de servicios y materiales, la toma de decisiones por mayoría, el privilegio de los nuevos sujetos del feminismo, los pactos con partidos políticos y candidaturas; se refuerza las instituciones patriarcales generando tráfico de influencias y prácticas corruptas. [1]
Así, con la crítica de las autónomas, se reunieron aproximadamente mil seiscientas mujeres en el Convento del ex Regina, distintos patios con paneles que transmitían en simultáneo las actividades del foro principal. Con ponencias de las voces más oficiales del feminismo latinoamericano o un foro al estilo del talk show donde eran entrevistadas otras más, voces oficiales, daban lugar a la discusión de los temas planteados. Sin embargo, el Encuentro no dio lugar a plenarias donde se debatiera temas de interés o discordancia. En general pareció un Encuentro de la formalidad, de informes sin debates. Todo parecía preestablecido, como la comida precocida, presasonada, así fue también la designación de la siguiente sede, sin posibilidad a una elección, las colombianas salieron con la pista de un porro a aceptar lo premandado, no hubo lugar a ninguna otra propuesta, luego llegaron los informes de los grupos de trabajo, las jóvenes las más cuestionadoras, las negras las más creativas, las trans aprovechando el foro para sus candidaturas, las trabajadoras sexuales desde el dolor de la persecución, las académicas, unas, las otras y al final una voz disidente que pedía hablar, la coordinadora del foro sin esperar todas las participaciones y en desacuerdo a lo posible por llegar, “tengo hambre y me voy a comer”, abandona la dirección de la sesión y con ella las demás organizadoras y otras más. Una crítica a la metodología que no dio lugar al debate, a la conducción y sentido del Encuentro, una voz que tal vez era de muchas, que luego se acercan dicen, es algo que pensé, que sentí pero no me atreví a decir y así se desvaneció el Encuentro, sin cierre, sin agradecimiento. La comida, las mariachis y luego una marcha que cambió de ruta en obediencia y disciplina a las actividades de un presidente de la república al que no se reconoce legítimo. Escasa asistencia debido a que muchas debían correr a sacar sus cosas de los hoteles porque su alojamiento se vencía a medio día. Con aproximadamente 500 personas, la marcha concluyó en el palacio de Bellas Artes, las consignas dieron cuenta del reclamo por el aborto libre y gratuito, no más violencia ni asesinatos a mujeres, educación laica. Los trans encabezaban la marcha, así los tacones nada inocentes, haciendo puré los pies de sus usuarias llegaron al destino final, ningún discurso, ningún pronunciamiento, sólo la banda de lesbianas que alentaba gritar y cantar cerró la marcha que parecía no llevar a ningún lado.
Paralela a la marcha, un último encuentro o foro dialogal de feministas de izquierda reunió a aproximadamente 25 mujeres que intercambiaron sus experiencias con los gobiernos de la izquierda latinoamericana, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y el Distrito Federal, aciertos y críticas, en distintos contextos socio-políticos de la región como también respecto los feminicidios, la brevedad del encuentro no dio lugar a un posicionamiento, fue más bien el inicio de un diálogo por hacer.
Una última marcha cerró la intensa jornada feminista. La que debió ser la sexta, pero denominada la cuarta, debido al registro en derechos de autor del nombre “Marcha Lésbica” y en consecuencia el desconocimiento de iniciativas que no llevaron “la marca registrada”, convocó aproximadamente tres mil lesbianas. Dos bandas alentaban la energía de las marchistas. Consignas que reclamaban derechos, matrimonio, adopción, otras que recusaban las instituciones heteropatriarcales de control, la guerra, el neoliberalismo, el matrimonio e instaban a cambiar la sociedad desde las utopías. En el monumento a la Revolución un estrado invitaba a seguir activando y festejando. El grupo de hip hop Las Krudas cerraba en evento y un discurso de la lesbiana histórica invitaba a reflexionar respecto los símbolos lésbicos, el hacha en vez de una bandera enarbolada por el consumismo del mercado rosa.
Circuló también en los medios electrónicos y escritos, la voz de la corriente de las feministas autónomas del afuera, quienes desconocen la validez tanto del Encuentro Autónomo como del Institucional. Y es que, a pesar de ser reconocidas como iniciadoras de la corriente autónoma; en diversas cartas, sin debatir razones, el argumento quedó como descalificació n basada en difamaciones. Aún sin marca registrada ante la oficialidad administrativa, el reclamo de una autoría que no autoriza autonomizarse, de un deber ser en la obediencia o fidelidades que sacrifiquen justamente el sentido autonómico, paradójicamente, aparece como una posición institucionalizante . Desde el afuera, la crítica, llega como el resentimiento de lo que no se pudo liderar desde la jerarquía.
Así, feminismos que buscan su legitimidad en la interlocución con los Estados, que refuerzan la lógica de un estado de derecho pensado y construido desde la institucionalidad patriarcal. Feminismos que desde la práctica refuerzan las jerarquías y por tanto la institución. Un feminismo que se rebela a las prácticas neocoloniales, que cuestiona las relaciones de subordinación producidas o generadas desde el capital, el conocimiento patriarcal o la institucionalidad para el control social. Un feminismo que desde la contrahegemoní a hace posible una práctica distinta, que desde diferentes lugares de la región elabora coreografías de la resistencia para un cambio radical.


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[1] Increíblemente, tanto las compañeras bolivianas como Victoria Aldunate, chilena, que leyó el posicionamiento, recibieron el peso de la represalia. La cuenta de su hotel no fue liquidada por el comité organizador del XI EFLAC. Después de muchas llamadas desatendidas, ésta debió ser pagada por compañeras solidarias, para que las compañeras sudamericanas pudieran dejar el hotel y volver a sus países de origen

POSICIONAMIENTO DEL ENCUENTRO FEMINISTA AUTÓNOMO, FRENTE AL XI ELFLAC



Posicionamiento Frente al XI EFLAC del Encuentro Feminista Autónomo

Nosotras niñas, mujeres y lesbianas Feministas Autónomas convocadas en el Encuentro Feminista Autónomo: haciendo comunidad en la Casa de las Diferencias, desde la rebeldía, la radicalidad y el gozo por las apuestas políticas que el feminismo ha aportado a nuestras vidas y a la construcción de comunidades de mujeres, le hacemos frente al clasismo, al racismo, al sexismo, a la colonización de nuestros cuerpos y de nuestra sexualidad. Por todo eso es que afirmamos nuestras posturas políticas:

Reconocemos a los encuentros feministas como ejercicios de radicalidad desde la complicidad entre mujeres, desde nuestros cuerpos, vidas y conciencias, lo cual implica existir sin ningún tipo de concesiones.

A casi 30 años de feminismo Latinoamericano y Caribeño y once encuentros feministas, es una oportunidad para reflexionar sobre el hacer político y la construcción ética de nuestro movimiento. Los encuentros feministas históricamente han sido y deben seguir siendo espacios construidos y defendidos por y para las mujeres, para debatir, intercambiar, convocar, denunciar, edificar alianzas, defender nuestros derechos, alimentar nuestras utopías y expresar la multiplicidad de nuestras visiones.

Organizar un encuentro feminista debería implicar un compromiso con la ética y autonomía feminista, sin embargo, la organización de este décimo primer encuentro feminista se ha convertido en un espacio que refuerza a las instituciones patriarcales, vaciando y mercantilizando el contenido de las propuestas feministas, ejerciendo un discurso legitimador de prácticas opresoras para las mujeres.

El mal uso del mayor presupuesto de la historia de los encuentros, es un insulto ante la pobreza de las mujeres de la región, una expresión de ello son los salarios exorbitantes para la organización de dicho evento sacrificando las becas para la participación de un mayor número de compañeras.

El ocultamiento y retraso de la información así como la falta de transparencia en el uso de los recursos económicos pueden llevar a prácticas corruptas. Es indispensable entonces, contar con una obligatoria y permanente transparencia sobre los recursos obtenidos. Esa transparencia debió de ser antes y durante, y debe realizarse al finalizar cada encuentro feminista.

La toma de decisiones por mayoría, votando como en la falacia de las democracias burguesas, ocultan lógicas patriarcales, niegan las reflexiones que reconocen las diferencias en las ideas.

Compañeras afrodescendientes, indígenas, lesbianas, pobladoras, que no tienen acceso al Internet o que no pertenecen a las redes de la tecnocracia feminista, no han podido acceder a información ni a becas, en cambio se privilegia a los nuevos sujetos del feminismo y a quienes gozan de las prerrogativas de la sociedad neoliberal.

Los ejes temáticos no han sido decididos por las bases feministas, si no por las políticas emanadas de organismos trasnacionales que responden a intereses económicos propios y de los grandes capitales, ajenos a las necesidades y propuestas del feminismo latinoamericano.

La complicidad con un gobierno de seudo izquierda y persecutor es un dato más en todo esto.

Nosotras soñamos y hacemos un feminismo horizontal, que ejercite mínimos comunes, alejados de las lógicas clasistas, racistas, heterocentristas e institucionales. No queremos un feminismo vaciado de contenido político crítico que se esconde en la categoría de género cuya complicidad con el capitalismo neoliberal pretende controlar y definir nuestros espacios políticos, nuestros apuestas feministas, nuestros cuerpos, vidas y conciencias.

Queremos finalmente saludar a todas las feministas latinoamericanas y caribeñas que han venido con ilusión y buena fe. Las alentamos a ser parte de un feminismo crítico y contra-hegemó nico.

Desde la radicalidad y la autonomía, otro feminismo es posible.

Encuentro Feminista Autónomo
Marzo 2009, México, DF


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